domingo, 1 de mayo de 2022

Religioso, muy cumplidor, haciendo obras, pero perdido

 La gente religiosa cumple con ir a la iglesia o con hacer muchas oraciones y hasta ser muy amables y corteses. Claman que aman a Dios, y sin embargo, viven sin tomar en cuenta la Palabra de Dios. Hoy día llegan hasta el punto de atreverse a decir que la Biblia está anticuada y hay que ser tolerante a lo que la gente quiere ser o hacer. Escogen lo que les conviene de la Palabra de Dios. Esto es ser hipócrita. Otros se sumergen en su religiosidad y creen que Dios les aceptará por eso.

Así ocurrió en el tiempo de Isaías y por eso Dios lo envió a que le hablara a un pueblo religioso pero perdido.

Y Dios le dice a Isaías que clame, que grite, que no tome en cuenta los sentimientos de su pueblo. Y le dice:

Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob (Israel) su pecado.

Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.

¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido?

Isaías 58:1-3a

Ser religioso o religiosa no te salvará del castigo del pecado. Tampoco te dará paz verdadera. Si no estás seguro que cuando mueras, irás al cielo, Dios quiere que tú te arrepientas de tu condición de pecador, que reconozcas que has pecado contra Él y que aceptes el sacrificio que Jesucristo hizo por ti. Él tomó todos nuestros pecados y los pagó en la cruz. Pidiéndole al Señor Jesucristo que te salve, te dará el perdón de pecados y serás hijo o hija de Dios. ¡Qué alegría y alivio! ¡Ser un hijo de Dios, parte de su familia para siempre!

Y ahora, ¿qué le debes a Dios?

Tu vida, tu futuro, tu servicio, y tu amor.

Jesús dijo:

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Mateo 11: 28-30


 


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