jueves, 9 de septiembre de 2021

En estos tiempos, en esta época... ¡No desmayes!

Miramos la situación mundial con esta pandemia con un origen tan controversial. Miramos la situación económica, el alza en los precios, las cantidades limitadas, la variedad limitada. Miramos nuestras libertades de movimiento disminuyendo... Y pensamos, «¿Qué está sucediendo? ¡Estamos en unos momentos históricos como nunca antes!»

Es cierto que son unos tiempos como nunca, tiempos con mucha maldad, tiempos con avances científicos increíbles y emocionantes, pero también pensaba la gente lo mismo en el tiempo de la Primera Guerra Mundial, en la Segunda Guerra Mundial con las dos bombas nucleares, y ahora, con todo tan acelerado y, la sociedad corrompiéndose más y más, estamos viendo y viviendo cómo se comporta la humanidad sin Dios.

Piensen en la estatua que vio el Rey Nabucodonosor en el libro de Daniel capítulo dos. Comenzó con oro y terminó con lodo. Y estamos viendo lo que es vivir en el lodo. No todo es lodo porque Dios siempre se reserva un remanente, los que siguen fieles al Señor Dios Todopoderoso. Nuestro Dios ha planeado el final, la venida de Nuestro Señor Jesucristo.

Y, ¿cuál debe ser nuestra respuesta ante todo lo que está sucediendo en nuestro alrededor, en nuestras familias y en nuestro mundo?

No desmayar. Seguir sirviendo al Señor Jesucristo, el Único y Verdadero Dios.


Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 

no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 

2Co 4:16-18