El tema de juzgar ha causado controversia a través de los tiempos, especialmente en nuestros tiempos cuando el pecado anda rampante y cada día hay menos y menos consciencia y respeto por la Palabra de Dios. Por esto, hay que examinar qué es lo que dice la Biblia acerca de juzgar. Hoy día, la sociedad no quiere que la juzguemos, que comparemos sus hechos y pensamientos con la Palabra de Dios; no quiere que haya absolutos, doctrinas exactas, convicciones espirituales de lo que es bueno y correcto delante de Dios, y de seguro, la sociedad de hoy día no quiere que se le evalúe, que se le juzgue de ninguna manera. Sin embargo, la Palabra de Dios es clara en cuanto a esto. Si miramos el contexto de los versículos, rápidamente tendremos que reconocer que no es lo que habíamos pensado. Por eso, debemos escudriñar las Escrituras, o sea, debemos estudiar y comparar pasajes con pasajes para llegar a una conclusión sana y Bíblica.
Primero, consideremos el pasaje más famoso
de juzgar:
No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados,
y con la medida con que medís, os será medido. Mateo 7:1-2
Consideremos el contexto. Este pasaje es
parte del gran Sermón del Monte que predicó Jesús. En este sermón, Cristo trató
con muchos asuntos, especialmente con la religiosidad falsa y la práctica
genuina de un Cristiano. Miremos lo que dijo Jesús Mismo:
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu
hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu
ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? Mateo 7:3-4
Fíjense, Jesús NO está diciendo que no se
juzgue, sino, no seas hipócrita al juzgar. El Señor quiere que nos
juzguemos primero y tratemos con nosotros primero para que podamos ayudar a
nuestros prójimos, a nuestros hermanos. Vean este versículo.
¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces
verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Mateo 7:5
Ahora, Jesucristo nos da un mandamiento:
No deis lo santo a los perros, ni echéis
vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y
se vuelvan y os despedacen. Mateo 7:6
¿Cómo? Jesús nos dice que
tengamos cuidado de no compartir las cosas Santas de la Palabra de Dios con la
gente que son escarnecedores, viles y contaminados, o sea, con personas que han
rechazado a Dios. ¿Por qué? Para que no pisoteen la
Palabra de Dios. Es más, estas personas buscan destruir al
Cristiano. … no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
También, Jesús nos dice que nos
guardemos de los falsos profetas. ¿Cómo los vamos a
identificar? La Biblia misma nos dice que vienen vestidos de
ovejas. Hay que tener discernimiento. Indudablemente, hay
que juzgar. Es más, la Biblia nos dice que el pastor de la iglesia
debe proteger a su congregación de los tales.
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas
de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol
malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado
en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis. Mateo 7:15-20
Hay que ver qué clase de frutos hay en sus
vidas y ¿cómo podremos hacerlo sin emitir un juicio?
Aún la iglesia y los hermanos tienen que
discernir y emitir juicio en situaciones que surjan.
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y
repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para
que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no
oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra,
será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en
el cielo. Mateo 18:15-18
Si no estamos familiarizados con la
Palabra de Dios, no podremos discernir la situación que se nos presente para
juzgar en la iglesia. Por otra parte, hay que tener sumo cuidado de
juzgar a un siervo de Dios o a una persona espiritual. Usualmente,
la persona que hace eso tiene un motivo, el de callar, criticar o justificarse
a sí mismo. La persona que no es salva lo demuestra
rápidamente. Igual sucede con el creyente que está caminando en la
carne y no en el Espíritu de Dios. Como muestra en Mateo 18, si una
persona es líder en la iglesia y alguien tiene un asunto, hay pasos a seguir
para tratar ese asunto.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido,
lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas
por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son
del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender,
porque se han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él
no es juzgado de nadie.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. I Corintios
2:12-16
Somos responsables de conocer la Biblia y
además, ser espirituales. No seamos inmaduros con la Palabra de
Dios. No seamos niños espiritualmente. Tenemos un deber
sumamente importante porque tenemos responsabilidades espirituales. Aprendamos
de Cristo, tengamos una relación íntima con Él. Solo así podremos
desempeñarnos en este mundo que no ama a Dios. Pasemos tiempo orando
a Nuestro Dios y meditando en la Palabra.
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