Yo
no soy nadie.
Eso
piensas tú. Y a veces, tal vez lo digas
en voz alta.
Solo soy una simple ama de
casa. Nadie me conoce. No soy importante. No tengo talentos ni habilidades. Solo cuido mis hijos y mi casa y a mi
esposo.
Tal vez no tienes esposo o eres
viuda y te sientes sola e insignificante.
Y quieres que alguien te valore, que te vea como una persona
importante, que tiene algo que dar en la vida.
Te gustaría que alguien se sentara a escucharte, decirle que estás sola,
que nadie te presta atención verdadera, nadie te busca. Estos pensamientos te paralizan y no te
permiten realizar la voluntad de DIOS para tu vida. Hermanita
en Cristo, levántate y anda. No puedes
vivir paralizada, deprimida y sin fruto.
Debes cambiar esos pensamientos por los que el Señor ya ha declarado
acerca de ti. Medita en la Palabra de
Dios. Renueva tu mente con lo
siguiente. Recuerda quién eres en
Cristo. Eres amada y aceptada por DIOS.
“para alabanza de la gloria de su
gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,”
Efesios 1:6
y "Vestíos, pues,
como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;" Colosenses 3:12
Recuerda
que el Señor tiene un propósito para cada hijo e hija de Él. Hemos sido creados para alabanza de Su
Nombre. ¿Estás alabando a tu Señor y
Salvador? Lo mínimo que necesitamos
hacer es orar los unos por los otros. ¿Estás
orando por tus hermanos en Cristo, por los misioneros, por las almas perdidas
que van rumbo al lago de fuego?
Tiempo
es que recuerdes que Nuestro Creador nos ha dado mucho que hacer. Las casadas debemos cuidar al esposo y los
hijos, encaminándolos en el temor del Señor, criándolos como siervos del Rey de
Reyes y Señor de Señores del cual tú también eres sierva. ¿Se te olvidó ese detalle, hermanita, que tú
no te perteneces a ti misma sino que fuiste comprada con la Sangre Preciosa de
Jesús? Adelante, puestos los ojos en
Jesús, el Autor y Consumador de la fe, como dice en Hebreos capítulo doce. Esto último me sostuvo cuando me encontré
sola por muchos meses cuando mi esposo estuvo de viaje misionero y tratamiento
médico en Centroamérica. Gracias al
Señor, mi familia de la iglesia estuvo pendiente de mí, también.
Tal vez no tienes hijos. Hay niños y jóvenes en la iglesia o en tu vecindad que necesitan a una hermana grande o una "mamá" porque la suya no es salva o no tiene. Sea cual sea la razón, alguien te necesita. Busca a esa persona con la oración.
Tal vez no tienes hijos. Hay niños y jóvenes en la iglesia o en tu vecindad que necesitan a una hermana grande o una "mamá" porque la suya no es salva o no tiene. Sea cual sea la razón, alguien te necesita. Busca a esa persona con la oración.
Considera
la viuda de Sarepta que cuidó a Elías.
Nadie conocía su nombre, pero Dios la escogió para algo especial. Obedeció a la Palabra de Dios que vino por Su
siervo y no solo fue de bendición a él y recibió la bendición de sustento
milagroso por un año, sino que también tuvo el privilegio de hospedar al hombre
de Dios. No digamos que también recibió
a su hijo vivo después que murió. Y lo
logró. Hermana, cumplió el propósito que
el Señor le puso por delante. Fue
fiel. Una fiel, pobre viuda.
Hermana,
cumple el llamamiento que Dios te ha dado.
No te detengas, no dejes que el enemigo se huelgue de ti, de que te
venció. Tú eres especial, amada,
escogida y necesaria. Proponte que este
Año Nuevo, vas a renovar tu mente con la Palabra de Dios, vas a orar y
envolverte en la obra de Dios, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador
de la fe…