lunes, 8 de agosto de 2011

Eva: De Tentada a Tentadora

¿Por qué?  ¿Qué la pudo haber motivado? Mirando a Génesis capítulos dos y tres, nos damos cuenta que Dios le dio un mandamiento a Adán. 

Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.  Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto comerás;  Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás.  Gen 2:15-17
Eva, Eva, amada y protegida Eva.  Ella no consideró que el mandamiento de Dios no estaba abierto a ser discutido, a que se le considerada los pros y los contras.  Un mandamiento es una orden; hay que obedecerlo.  Al venir la serpiente y sembrar la duda en el corazón de ella acerca de la bondad de Dios, ella fue tentada a plena vista del árbol, engañada al descartar toda consideración a Dios y a su esposo y al creer que sería como Dios. Fíjense, amigas mías, que Eva declaró su independencia al ceder a la tentación.  Independencia de Dios y de su esposo.  Tomó la decisión por sí misma, pensando, tal vez, que ella era muy capaz de discernir la situación.  ¿Se han fijado que muchísimas veces nosotras no tenemos el discernimiento que tienen nuestros esposos?  Eva fue engañada – Adán no.  Así de sencillo.  Sin embargo, fue ella la que tentó a su esposo.  ¡Su esposo!  El pecado siempre viene acompañado de otros pecados… ¡Siempre! 

Al fin y al cabo, la sabiduría que tanto deseaba ella, solo viene por medio de Dios.  Hay muchos versículos que apoyan esto.  Aquí les escribo uno, Proverbios 1:7  El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.  Pidámosle sabiduría a Dios, como dice en Santiago capítulo uno, porque Él nos la dará.  
     Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente  
y sin reproche, y le será dada.
 
Amiga, hermanita en Cristo, ¿qué vas a hacer, tomar las riendas del hogar y tomar tus propias decisiones y por ende, desobedecer a tu Señor y Salvador?  ¿O vas a orar con fervor, estudiar la Palabra de Dios y apoyar a tu esposo, confiando en Dios para todo?  Si escoges ir por tu propio camino, entérate que las consecuencias vienen y no está bajo la protección de la autoridad, es decir, de tu esposo y del Señor Jesucristo.  Tú escoges.



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