¡Cómo pasa el tiempo! Las horas, aveces lentas, y los días también.Y, sin embargo, el tiempo avanza, inclemente, inesperadamente y pronto volamos.
¿Volamos? Esperando la venida del Señor Jesucristo, y cuando Él venga, el que es El Deseo de las Naciones, Él nos llevará a nuestra morada celestial, al Cielo. Con Él. El que dio Su Vida por la nuestra. El Que derramó Su Sangre en sacrificio vivo para pagar por nuestros pecados, nuestras ofensas, nuestras rebeliones. Porque sí que somos rebeldes al no tener en cuenta a El Creador en nuestras vidas, en los meros detalles. Tener en cuenta a Él, que con tanta atención a los detalles, diseñó los cielos y la tierra, las plantas y los animales, y para culminar, al hombre a Su Imagen. ¡Qué maravilla que Dios creara al hombre a Su Semejanza con tanto cuidado en los detalles! Las manos, los pies, la espalda, los ojos y el cerebro...
Con ese cuidado por los detalles más mínimos, ¿no debemos nosotros tener a Dios y a Su Voluntad en cuenta para nuestras vidas en los detalles más mínimos también?
Ocupaos, dijo. Sí, nos ocupamos con quehaceres, con las noticias, con el trabajo y con la familia. Nos ocupamos en nuestras casas y con nuestros afanes y en las relaciones con los demás. Nos ocupamos en nuestros propios pensamientos y deseos. Y en todo esto, ¿dónde está Dios? Luego, nos quejamos, sea en voz alta o en lo íntimo del corazón, donde creemos que nadie se da cuenta, donde vivimos, a veces, una vida callada y ajena a los demás, y sin embargo, en lo más íntimo del pensamiento, del ser, ahí está nuestro Salvador, esperando ser invitado, esperando que nos acerquemos a Él con corazón limpio y sincero, esperando a que tomemos el tiempo para disfrutar de Su Compañía y Consuelo. Y, entonces, entonces, el pasar del tiempo no sería tan incierto, tan lamentable.
Ocupaos, dijo. ¿En qué? preguntas. En conocerlo. Conocer al que nos salvó por Su Gran Amor.
Aprended de Mí, que Soy Manso y Humilde de corazón.
¿Cómo vamos a conocerle y aprender de Él si no pasamos tiempo en Su Palabra?
Ocupaos, dijo.
Id por todo el mundo y haced discípulos.
Para hacer discípulos, hay que haber estudiado la Palabra del Autor y Maestro por excelencia. Y no es solo saber la Palabra de Dios, sino es conocerlo a Él.
Volvemos a lo mismo.
Conocer a Cristo es pasar tiempo con Él.
Amén
ResponderEliminarAmen! No importa cuánto tiempo dejamos pasar Él es misericordioso con nosotros.
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