¡Cómo nos gusta llegar a la meta, pero no queremos
pasar por el camino difícil para llegar a la meta!
Me explico. Nos gusta el producto, pero no queremos
pasar por el proceso para adquirirlo.
En otras palabras, queremos los beneficios, que nos salgan bien las cosas, sin cumplir
con las responsabilidades que tenemos. Imagínense, presentarse al trabajo, no hacer nadita
de nada, y al final de la semana tratar de cobrar un cheque. Cualquiera que trate de hacer eso, saldrá
despedido. ¿Qué tal un estudiante que no
estudie, que no se presente a clases, y al final del semestre exija que se le
dé una A?
Ridículo, dirías.
Exactamente. Entonces, ¿por qué
queremos que Dios haga lo mismo con nosotros? Sabiduría instantánea. Madurez espiritual instantánea. Privilegios sin responsabilidades por
cumplir. Cuando Dios puso a Adán en huerto del Edén, lo puso en un ambiente
perfecto, hecho directamente por la Palabra que habló Dios. ¿Y qué hizo Dios? Enseguida le dio una responsabilidad:
Tomó, pues, Jehová Dios al
hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase. Génesis 2:15
Antes de
eso, en el capítulo uno, les dijo:
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar,
en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra. Génesis 1:28
Aún en un lugar hecho por Dios, con unos seres hechos
por la Mano de Dios, Dios, en Su sabiduría y soberanía, les dio metas y
responsabilidades.
Vayamos al Nuevo Testamento. Han pasado siglos y siglos, y Cristo mira
la multitud, viendo sus cargas, tristezas y pesares. ¿Qué les dice Jesús?
Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, y Yo os haré descansar. Mateo 11:28
¿Qué ofrece Cristo? Descanso.
Pero, hay algo que cumplir primero.
Primero, que vengan a Él, porque tiene la respuesta a todos nuestros
problemas. Luego, hay que llevar Su yugo.
Llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas; Mateo 11:29
Un yugo es un instrumento que se usa para juntar una
yunta de animales para trabajar. Quiere
que trabajemos. ¿Qué más nos exige Jesús? Que aprendamos de Él y al aprender de
Él, tendremos descanso. Nuestra carga a
cambio del yugo de Él. Nuestro conocimiento humano a cambio de conocerlo a Él.
La carga nuestra es pesada, ¿y la de Él? Ligera. ¡Ligera! O sea, que no pesa, pero, no queremos venir a Él. Preferimos
hacer las cosas a nuestra manera y con nuestros propios esfuerzos. Sin embargo,
no nos gusta el resultado que obtenemos.
[Jesús
dijo] porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:30
Al caminar en esta vida, necesitamos tener responsabilidades,
cumplir con el Señor, hacer Su Voluntad bajo Sus reglas y no las nuestras, y
además, necesitamos la sabiduría de Él.
Por último, vayamos al libro de los Proverbios para ver por qué
necesitamos estudiarlos.
Los proverbios de
Salomón, hijo de David, rey de Israel.
Para entender sabiduría y doctrina,
Para conocer razones prudentes,
Para recibir el consejo de prudencia,
Justicia, juicio y equidad;
Para dar sagacidad
a los simples,
Y a los jóvenes inteligencia y cordura.
Oirá el sabio, y aumentará el saber,
Y el entendido adquirirá consejo,
Para entender proverbio y declaración,
Palabras de sabios, y sus dichos profundos. Proverbios
1:1-6
Queremos ser sabios.
Aquí está el cómo.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Proverbios 1:7
Pero, le fallamos a Dios. Nos tenemos que humillar y arrepentir. Solo
así tendremos el espíritu correcto y comprenderemos las palabras de la Biblia.
Dios nos tiene que corregir. ¡Cuando aceptamos Su
corrección, hay un beneficio además de haber sido perdonado!
Volveos a mi reprensión;
He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros,
Y os haré saber
mis palabras. Proverbios 1:23
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es
luz,
Y camino de
vida las reprensiones* que te instruyen, Proverbios 6:23
Sí, aunque no nos guste, necesitamos ser corregidos,
necesitamos seguir los mandamientos de Dios en Su Palabra, necesitamos el
espíritu de Dios que llene nuestra vida, y necesitamos venir a Él, humildes y
dispuestos a seguirlo. Entonces,
tendremos descanso y paz, y conoceremos a Jesús de manera más íntima y seremos sabios.
Mas
él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro.
Job 23:10
*reprensión – corregir,
amonestar - advertir, prevenir.
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