Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial
de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas
que lo habían llevado allá.
Mas Jehová estaba con José, y fue varón
próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Génesis 39:1-2
¡Qué gran bendición
reciben los hogares Cristianos y los hogares donde vive un Cristiano! Sin
embargo, con las bendiciones vienen las tentaciones.
Hablemos claramente. Con
las bendiciones vienen responsabilidades y con las responsabilidades vienen
bendiciones. Y también las tentaciones. Nunca faltarán las tentaciones. Sigue
la historia de José en Génesis 39. José,
habiendo sido vendido por sus hermanos, se encuentra en Egipto en la casa de
Potifar. Aquí nos dice la Palabra de Dios que Dios estaba con José.
En Génesis 39, Dios nos
indica que José era de hermoso semblante y de bella presencia. Esto significa
que era un hombre joven atractivo. La belleza o atractivo físico trae
consecuencias. El apóstol Pablo tenía la actitud correcta acerca de los dones
materiales o heredadas. Él los contaba como basura, como pérdida, con tal de
ganar a Cristo.
Muchas veces, y hasta me
atrevo decir que la mayoría de las veces la gente usa la belleza física como
ventaja. Puede que sean los padres como que pueden ser los hijos que hagan
esto. ¡Cuántas veces hemos escuchado a la gente mirar a una niña o a un niño y
decir: «¡Ay, qué niña tan bonita!» o «¡Qué niño tan bonito!» y así resaltar
sólo la belleza física! Me pregunto si dicen lo mismo a los niños que no tienen
mucho atractivo físico. Hasta he escuchado a maestras hacer comentarios
similares de unos estudiantes y no de otros sin limitarlo únicamente a
características físicas sino también su desempeño académico. Y no crean que los
demás no se dan cuenta, porque sí se dan cuenta. Y les duele. ¡Y les duele!
Padres, hay que tener
cuidado con lo que se les dice a los hijos y a los hijos de los demás. Seamos
amables con todos los niños y no les demos la impresión que sólo valen si son
bonitos o inteligentes.
En cuanto a la persona que
tiene belleza física, hay que tener cuidado con el orgullo. Hay que cuidar el
espíritu y a estar bien pendientes de no dejar que los halagos te llenen la cabeza
de basura. El que se exalta, que se prepare porque viene la humillación.
Sigamos con la historia de José y la esposa de Potifar…
La mujer de Potifar puso
sus ojos en José. Era una mujer desvergonzada, sin decencia e irrespetuosa, y
estaba empeñada en cometer maldad como dice en el versículo 10: Hablando ella a José
cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con
ella…
Hasta que lo presionó para
tratar de vencerlo. Y aquí está José, pasando por pruebas y presiones, primero
por sus hermanos para conformarse a lo que ellos querían y ahora pasando por presiones
sexuales. Las presiones y las tentaciones van a venir, pero ¿cómo vas a
reaccionar? No esperes enfrentarte a la situación para decidir cómo reaccionar
sino prepárate de antemano con la oración y con la Palabra de Dios.
Veamos la reacción de
José. No confió en sí mismo, que se podía salir con la suya, sino que le fue
fiel a Dios, aún en la casa de su esclavitud. Estaba lejos de su padre y de
todo lo que él conocía y que le era familiar, pero no abandonó a su Dios.
¿Y la esposa de Potifar?
Reaccionó con amargura y rabia y se desquitó con José, mintiendo para que lo
enviaran a la cárcel.
Sin embargo, y esto es lo
más importante, Dios estaba con José y le mostró Su gracia. Y así es la
salvación de Dios, no es por obras que podamos hacer, oraciones que podamos
orar, o por cumplir promesas a Dios o por inclinarnos a una estatua pensando
que nos pueda oír. La salvación es un regalo de Dios. Un don es un regalo.
Porque por gracia sois salvos por medio de la
fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe. Efesios 2:8-9
¿Quieres recibir este regalo de la salvación?
Y tú que eres Cristiano, ¿en qué o en quién estás
confiando? ¿En ti mismo, tus propios esfuerzos, tu persona, tus logros, o en
Jesucristo?
…porque Jehová estaba con
José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba. Génesis 39:23
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