viernes, 30 de diciembre de 2011

Año Nuevo de nuevo y siento que…


Yo no soy nadie.

Eso piensas tú.  Y a veces, tal vez lo digas en voz alta.  

Solo soy una simple ama de casa.  Nadie me conoce.  No soy importante.  No tengo talentos ni habilidades.  Solo cuido mis hijos y mi casa y a mi esposo.   

Tal vez no tienes esposo o eres viuda y te sientes sola e insignificante.  Y quieres que alguien te valore, que te vea como una persona importante, que tiene algo que dar en la vida.  Te gustaría que alguien se sentara a escucharte, decirle que estás sola, que nadie te presta atención verdadera, nadie te busca.  Estos pensamientos te paralizan y no te permiten realizar la voluntad de DIOS para tu vida.   Hermanita en Cristo, levántate y anda.  No puedes vivir paralizada, deprimida y sin fruto.  Debes cambiar esos pensamientos por los que el Señor ya ha declarado acerca de ti.  Medita en la Palabra de Dios.  Renueva tu mente con lo siguiente.  Recuerda quién eres en Cristo.  Eres amada y aceptada por DIOS.

“para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,” 
                                                                                                                 Efesios 1:6 

y "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;"                    Colosenses 3:12


Recuerda que el Señor tiene un propósito para cada hijo e hija de Él.  Hemos sido creados para alabanza de Su Nombre.  ¿Estás alabando a tu Señor y Salvador?  Lo mínimo que necesitamos hacer es orar los unos por los otros.  ¿Estás orando por tus hermanos en Cristo, por los misioneros, por las almas perdidas que van rumbo al lago de fuego?


Tiempo es que recuerdes que Nuestro Creador nos ha dado mucho que hacer.  Las casadas debemos cuidar al esposo y los hijos, encaminándolos en el temor del Señor, criándolos como siervos del Rey de Reyes y Señor de Señores del cual tú también eres sierva.  ¿Se te olvidó ese detalle, hermanita, que tú no te perteneces a ti misma sino que fuiste comprada con la Sangre Preciosa de Jesús?  Adelante, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe, como dice en Hebreos capítulo doce.  Esto último me sostuvo cuando me encontré sola por muchos meses cuando mi esposo estuvo de viaje misionero y tratamiento médico en Centroamérica.  Gracias al Señor, mi familia de la iglesia estuvo pendiente de mí, también.

Tal vez no tienes hijos.  Hay niños y jóvenes en la iglesia o en tu vecindad que necesitan a una hermana grande o una "mamá" porque la suya no es salva o no tiene.  Sea cual sea la razón, alguien te necesita.  Busca a esa persona con la oración.

Considera la viuda de Sarepta que cuidó a Elías.  Nadie conocía su nombre, pero Dios la escogió para algo especial.  Obedeció a la Palabra de Dios que vino por Su siervo y no solo fue de bendición a él y recibió la bendición de sustento milagroso por un año, sino que también tuvo el privilegio de hospedar al hombre de Dios.  No digamos que también recibió a su hijo vivo después que murió.  Y lo logró.  Hermana, cumplió el propósito que el Señor le puso por delante.  Fue fiel.  Una fiel, pobre viuda.

Hermana, cumple el llamamiento que Dios te ha dado.  No te detengas, no dejes que el enemigo se huelgue de ti, de que te venció.  Tú eres especial, amada, escogida y necesaria.  Proponte que este Año Nuevo, vas a renovar tu mente con la Palabra de Dios, vas a orar y envolverte en la obra de Dios, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe…  


lunes, 26 de diciembre de 2011

Para la Esposa del Pastor...


Para la Esposa del Pastor...o esposa del hombre en el ministerio...

Tal vez te estés preguntando qué hacer como esposa del pastor.  Antes de salir al campo misionero por segunda vez, tuve una conversación con la esposa de mi pastor en la Florida, la cual me dio este consejo que trato de seguir siempre.  Dijo, “Tu esposo es tu primera prioridad.  Asegúrate que él esté listo, que le prepares su ropa, que esté presentable.  Cuídalo.  Tu deber es ser la esposa de él.”  A lo cual pregunté yo, “¿Y qué voy a enseñarles a las damas?  ¡Yo no sé qué enseñarles!”  Yo estaba más preocupada de tener que dirigir un grupo de damas.  También estaba preocupada porque me estaba comparando con otras esposas de pastores y yo no tenía ni la fuerza física de ellas para ayudar a mi esposo ni el don de la organización ni la gracia de ellas.  Pensaba que, como esposa del pastor, yo tenía que ser una súper mujer, talentosa, energética, sabia, siempre sonriente, siempre lista para todo.  Ella me contestó, “Enseña la Biblia desde la perspectiva de la mujer.”  Solo eso me dijo.  Así de sencillo.

Hermanas, esto es lo más importante Para la Esposa del Pastor: Asegúrate que él esté preparado.  Cuídalo.  Enseña la Biblia desde la perspectiva de la mujer Cristiana.  Eso trato de hacer.  Y, claro, trato de hacer mucho más para lograr estas metas que parecen tan pequeñas.  Tengo yo que alistarme, tengo yo que cuidarme para poder cuidarlo a él también.  Tengo que estudiar mucho y tener una relación estrecha con mi DIOS para poder enseñar a las damas de mi iglesia y tengo que usar las experiencias que el Señor me ha permitido experimentar para enseñar con autoridad y humildad, sabiendo de dónde me sacó el Señor Jesucristo y a dónde me va a llevar.

¿Y tú, esposa del pastor, qué consejo recibiste para tú ser la esposa del pastor?

jueves, 22 de diciembre de 2011

Y, ahora, Sara…


Sarai, la princesa de Abram.  Y, como solemos hacer en el grupo de damas, miramos la vida del esposo para comprender a la mujer.  Así que, echemos un vistazo a Abram y a Sarai.

Génesis 11, versículos 27 al 32 y Génesis capítulo 12, versículos 1-9 nos dan la primera vista de esta pareja tan importante en toda la Palabra de Dios.

Primero, vemos que están en Ur de los caldeos, tierra de idólatras, con el padre de Abram y sus familiares.  Luego, vemos que Taré, el padre de Abram, se lleva a su familia hasta Harán, aunque su meta fue llegar hasta Canaán.  ¿Por qué? ¿Por qué nos deja saber el Espíritu Santo que Taré se los llevó cuando vemos en el capítulo 12 que DIOS le había dicho a Abram que dejara su tierra y parentela y la casa de su padre y se fuera a una tierra que le había de mostrar?  Podría ser que Abram le comunicó a su padre lo que Dios le había dicho y Taré quiso tomar parte.  Amigas, hermanas, mucho cuidado con la familia.  Muchas veces muestran entusiasmo por lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas, y tal parece que hasta quieren seguirnos y hasta llevar el liderazgo en el asunto cuando no es la voluntad de Dios esa, o por lo menos, que sean ellos los que planifiquen todo.  La familia nos puede desviar de la voluntad perfecta de Dios, aunque sean Cristianos.  Mucho, muchísimo cuidado.

Pero, Sarai…Saraí era estéril, nos cuenta la Biblia, dedicando un versículo entero a esto.  Cuán importante será este detalle después…

Ahora, a nosotras las mujeres nos gusta la seguridad, saber dónde vamos a estar, qué vamos a hacer, cómo nos las vamos a arreglar para las comidas, la casita, en fin, todo.  Deseamos nuestro nidito bien arregladito y que venga un hombre a decirnos, “Nos vamos.  No, no sé dónde.  Tampoco sé cuándo llegaremos ni cuánto tiempo nos tardaremos en llegar.”?  Sin embardo, Sarai siguió a su esposo.  Sarai obedeció al llamado que DIOS le hizo a Abram.

¿Y tú, hermana en Cristo?  ¿Has obedecido la dirección que DIOS le ha dado a tu esposo?  Líbrate Dios de decir o pensar que Dios no te ha hablado a ti también y como son ustedes un matrimonio ambos con igual puesto y derecho, pues debe ser una equivocación.  ¿Por qué Dios no me ha dicho nada a mí? pensarás.  Porque tú estás bajo la autoridad de tu esposo, debiéndote someter a él según el mandato de Dios, el plan de Dios.

¿Te estás sometiendo?  ¿Te estás sometiendo con paz y gozo en tu corazón?  ¿O te sientes resentida?  Anímate, pídele a tu Gran Dios y Salvador que te dé entendimiento y renueva tu entendimiento leyendo y meditando en la Palabra de DIOS. 



Romanos 12

 1 ¶  Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
2  No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.