Pues, examínate bien. Hay muchísimas personas que dicen que son Cristianos, pero su comportamiento no es de un creyente, de un seguidor de Cristo.
¿Dices que eres Cristiano pero maldices o dices palabras malas?
Cuida bien qué sale de tu boca. Lo que sale de tu boca tiene que ser en el Nombre de Jesús.
Y TODO lo que hacéis, sea de PALABRA o de hecho, hacedlo todo en
el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de
él. Colosenses 3:17
Realmente, nos tenemos que examinar porque no todo lo que brilla es oro. A veces justificamos nuestras acciones debido a las emociones o porque es aceptado por los demás, es lo que todos hacen. Y otras veces es porque queremos que los demás nos acepten en vez de buscar la aceptación, mejor dicho, la aprobación de Nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo.
Ponte a pensar: ¿A quién quieres complacer, a Dios o a gente que realmente no tienen trascendencia eterna para ti?
¿Qué está saliendo de tu boca? ¿Palabrotas, vulgaridades, maldiciones o palabras que edifican?
¿A quién estás tratando de impresionar?
Proponte ser la persona que edifica con sus palabras, que ayuda con sus palabras, que consuela con sus palabras, que glorifica a Dios con sus palabras.
No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
I Corintios 15:33
Y le añadiré a esta conversación en otra ocasión...