miércoles, 29 de julio de 2015

¿Debe el Cristiano Juzgar a Otros?


El tema de juzgar ha causado controversia a través de los tiempos, especialmente en nuestros tiempos cuando el pecado anda rampante y cada día hay menos y menos consciencia y respeto por la Palabra de Dios. Por esto, hay que examinar qué es lo que dice la Biblia acerca de juzgar. Hoy día, la sociedad no quiere que la juzguemos, que comparemos sus hechos y pensamientos con la Palabra de Dios; no quiere que haya absolutos, doctrinas exactas, convicciones espirituales de lo que es bueno y correcto delante de Dios, y de seguro, la sociedad de hoy día no quiere que se le evalúe, que se le juzgue de ninguna manera.  Sin embargo, la Palabra de Dios es clara en cuanto a esto.  Si miramos el contexto de los versículos, rápidamente tendremos que reconocer que no es lo que habíamos pensado. Por eso, debemos escudriñar las Escrituras, o sea, debemos estudiar y comparar pasajes con pasajes para llegar a una conclusión sana y Bíblica. 

Primero, consideremos el pasaje más famoso de juzgar:
No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.  Mateo 7:1-2

Consideremos el contexto. Este pasaje es parte del gran Sermón del Monte que predicó Jesús. En este sermón, Cristo trató con muchos asuntos, especialmente con la religiosidad falsa y la práctica genuina de un Cristiano.  Miremos lo que dijo Jesús Mismo:
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? Mateo 7:3-4

Fíjense, Jesús NO está diciendo que no se juzgue, sino, no seas hipócrita al juzgar.  El Señor quiere que nos juzguemos primero y tratemos con nosotros primero para que podamos ayudar a nuestros prójimos, a nuestros hermanos. Vean este versículo.
¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.  Mateo 7:5

Ahora, Jesucristo nos da un mandamiento:
No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.  Mateo 7:6

¿Cómo?  Jesús nos dice que tengamos cuidado de no compartir las cosas Santas de la Palabra de Dios con la gente que son escarnecedores, viles y contaminados, o sea, con personas que han rechazado a Dios.  ¿Por qué?  Para que no pisoteen la Palabra de Dios.  Es más, estas personas buscan destruir al Cristiano. … no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

También, Jesús nos dice que nos guardemos de los falsos profetas.  ¿Cómo los vamos a identificar?  La Biblia misma nos dice que vienen vestidos de ovejas.  Hay que tener discernimiento.  Indudablemente, hay que juzgar.  Es más, la Biblia nos dice que el pastor de la iglesia debe proteger a su congregación de los tales.
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis.  Mateo 7:15-20

Hay que ver qué clase de frutos hay en sus vidas y ¿cómo podremos hacerlo sin emitir un juicio?

Aún la iglesia y los hermanos tienen que discernir y emitir juicio en situaciones que surjan. 
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.  Mateo 18:15-18

Si no estamos familiarizados con la Palabra de Dios, no podremos discernir la situación que se nos presente para juzgar en la iglesia.  Por otra parte, hay que tener sumo cuidado de juzgar a un siervo de Dios o a una persona espiritual.  Usualmente, la persona que hace eso tiene un motivo, el de callar, criticar o justificarse a sí mismo.  La persona que no es salva lo demuestra rápidamente.  Igual sucede con el creyente que está caminando en la carne y no en el Espíritu de Dios.  Como muestra en Mateo 18, si una persona es líder en la iglesia y alguien tiene un asunto, hay pasos a seguir para tratar ese asunto. 
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.  I Corintios 2:12-16


Somos responsables de conocer la Biblia y además, ser espirituales.  No seamos inmaduros con la Palabra de Dios.  No seamos niños espiritualmente.  Tenemos un deber sumamente importante porque tenemos responsabilidades espirituales.  Aprendamos de Cristo, tengamos una relación íntima con Él.  Solo así podremos desempeñarnos en este mundo que no ama a Dios.  Pasemos tiempo orando a Nuestro Dios y meditando en la Palabra.




Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;  Mateo 11:29